Blur –cuya traducción es difuminar, desenfocar- en inglés se utiliza para señalar algo que se vuelve confuso, que no se puede ver, entender u oír con claridad. Así es la era en la que estamos entrando.
La economía es la manera en que las personas utilizan los recursos para satisfacer sus deseos. Las formas específicas en la que lo hacen cambiaron varias veces a lo largo de la historia, y siguen cambiando, esta vez guiadas por tres fuerzas:
1-La conexión (conectividad + todos los negocios se conectan + conexión emocional entre marcas y personas).
2-El binomio velocidad / tiempo.
3-El crecimiento del valor intangible.
Estas tres fuerzas son las variables estratégicas que están dando nueva forma a los negocios y a la vida de las personas. Stan Davis, explica que cada vez que cambia la base de la economía, cambia todo lo relacionado con la riqueza. Más concretamente, cómo se crea, acumula, distribuye, controla y consume. Por esto me resulta inexplicable que, frente a un cambio de paradigma tan importante como el que estamos atravesando, las empresas sigan tomando decisiones -estratégicas en el mejor de los casos- con un mapa que ya no explica el contexto, o peor, que eviten tomarlas y dejen en manos de la coyuntura su resolución. Cuando la coyuntura toma la decisión en estos escenarios de cambios permanentes siempre es en perjuicio del actor pasivo. Moverse es una obligación y entender cómo, un desafío.
La conexión, la velocidad / tiempo y los intangibles no son novedades, están con nosotros desde hace bastante tiempo, pero sí la combinación de estas variables crea escenarios inéditos en los negocios y a nivel social. La era Blur nos muestra que los límites son cada vez más difusos en todos los aspectos: entre lo físico y lo digital, entre los productos y los servicios, entre el core de negocio actual y el futuro, entre los horarios personales y de trabajo, entre el productor y el consumidor, entre los activos tangibles e intangibles, entre la certeza y la incertidumbre.
El contexto es complejo, y como tal, solo puede explicarse en retrospectiva. El futuro será distinto al pasado por innumerables variables que se están conectado y crearán escenarios y negocios hoy impensados. Es más importante que nunca no dar la espalda a estos movimientos que muestran el nuevo signo de los tiempos.
¿Dónde comienza a vislumbrarse el escenario Blur?
Es difícil encontrar un lugar único o una forma particular, son muchos lugares y muchas formas en las que está apareciendo esta desintegración de lo límites tal cual los conocíamos y las consecuencias aún no las podemos prever. No se trata de cambios tecnológicos solamente sino, además, cambios sociales y nuevas relaciones de poder entre las personas y las empresas.
Casi la mitad de la audiencia de Youtube en EE.UU. se ve en televisores (cambios en los dispositivos, la programación y las audiencias). SportClub comenzó a abrir sedes de gimnasios con coworking incorporado (hibridación entre horarios de trabajo y recreativos). Nestlé México fusiona la fisioterapia y la cocina al crear Terapia de Cocina con recetas que ayudan a mitigar el dolor de distintas enfermedades como artritis, esto convierte la cocina en un espacio terapéutico. Apple se transforma en un banco y una billetera digital, podés abrir tu caja de ahorro y ver los rendimientos desde tu iPhone. Amazon y Movistar España entran en el negocio de la medicina ofreciendo planes de salud. Nesspreso y Hublot, la empresa de relojes de lujo, se unen para una iniciativa circular: la caja, el bisel, la corona y los botones del reloj están hechos en parte con cápsulas Nespresso recicladas. Balmain se unió a Evian para sacar una colección sustentable. Burger King Argentina abrió el primer espacio para E-sports. Spotify se transforma en e-commerce y ahora los artistas pueden vender sus productos a través de la plataforma de streaming. La lista continúa y es bastante extensa.
Todo esto obliga a los directivos a realizarse nuevas preguntas estratégicas: ¿en qué negocio estamos? (no me refiero a qué venden las empresas sino a qué compra el consumidor, que son cosas distintas) y ¿cuál es la transformación que busca realizar el cliente al comprar nuestros productos? ¿quién quiere ser?. Si las empresas no desentrañan estas dos cuestiones estratégicas básicas no podrán comprender cómo insertarse en la era Blur y perderán relevancia hasta desaparecer sin entender por qué.
Alvin Toffler ya lo anticipó: “El impacto futuro es la consecuencia de tener que tomar demasiadas decisiones sobre demasiados problemas nuevos y desconocidos en un tiempo demasiado corto. El impacto futuro es más que una metáfora. Es una forma de ruptura personal y social. Estamos en colisión con el mañana. El shock del futuro ha llegado”.