Un pequeño gesto, como dejar un café pendiente para alguien más, es un recordatorio poderoso de cómo nuestras acciones se conectan con los demás, incluso más allá del tiempo y el espacio.
Este año, hagamos un equilibrio no solo de lo que logramos, sino también de cómo compartimos nuestro tiempo y energía con quienes nos rodean. Abracemos el principio de dar desinteresadamente, creando momentos que nos conectan y llenan de significado.
Que el próximo año nos encuentre con la misma intención: dedicar nuestro tiempo a construir vínculos, explorar nuestras pasiones y seguir avanzando, juntos, hacia lo que realmente importa.
Feliz 2025.