Chanel amplia su oferta lanzando la línea fitness. Esta podría ser una noticia exclusivamente del ámbito del diseño y la moda, pero desde mi perspectiva es más que eso, es un reflejo de cómo están transformándose los negocios.
Uno de los cambios más significativos y relevantes que estamos atravesando en los negocios es el de la diversificación. Parece sencillo y hasta obvio, pero no lo es tanto. Entender los negocios con la mentalidad de diversificación (de portfolios sobretodo) es opuesto a lo que sucedía hasta hace unos 5 años. Hasta ese momento, las marcas de moda se dividían en categorías que eran bastante rígidas y no pensaban salir de ellas ni expandirse a otros rubros. Esto no sólo pasaba en moda sino en todas las industrias. En aquella –no tan– lejana época, había diarios que comunicaban mediante la palabra escrita, empresas de streaming donde se veían series, en spotify se escuchaba música y en Amazon se compraban cosas.
Hoy la radio se ve también en youtube. Hay diarios que tienen canales de TV. Netflix vende ropa y accesorios. Amazon hace producciones audiovisuales. En spotify florecen los podcasts (gente que habla de un tema, como en la radio). Marcas de moda que abren espacios gastronómicos o de aprendizaje. Y la lista podría seguir.
Más allá de la novedad en cuanto a propuesta de diseño (que sí la es), lo de Dior no es una innovación sino el reflejo de un mundo líquido, como diría Zygmunt Bauman, donde las fronteras empiezan a estar borrosas o indeterminadas en muchos aspectos. Lo encontramos en la nueva flexibilidad de los trabajos remotos, la ampliación del portfolio de ofertas de las empresas, la aparición de nuevas tipologías de familia, la multiplicidad de géneros, nuevos tipos de monedas que corren por blockchain, nuevos espacios phygital como el metaverso, nuevas profesiones y nuevas formas de vincularnos entre nosotros, con las empresas y con la tecnología.
Lo que vemos en las marcas que exploran distintas áreas del diseño o la incursión en otros verticales es el reflejo de este nuevo tipo de sociedad, no debería sorprendernos sino, más bien, comprender que esto se transformó en una constante que se va a mantener en las próximas décadas. El mundo cambió muy rápido y tiene nuevas reglas, algunas son claras y otras no tanto. De eso se trata, de transitar esta ambigüedad con la mayor comodidad posible, sabiendo que el cambio es una constante y que el movimiento es la forma de atravesarlo.
Para entender este contexto debemos alejarnos de la mentalidad estática problema-solución y comenzar a entender los sucesos de manera más flexible, es decir, como polaridades que se unen, se separan, que forman enlaces a veces positivos, a veces negativos y otras inocuos, así es el nuevo escenario dónde debemos movernos constantemente y tomar decisiones en los negocios hoy.
Daniela De Sousa Mendes