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 AI… Ay!

Probablemente las palabras inteligencia y artificial hayan sido las más pronunciadas y buscadas el último año en toda la humanidad. La razón puede tener que ver con la aparición de Chat GPT que esta semana está cumpliendo un año. 

Inteligencia artificial es un concepto muy profundo y extenso. Existen cientos de miles de artículos al respecto y mi intención no es abordar el tema desde la óptica tech, sino poner en el centro de la conversación nuestro rol como seres humanos en todo esto. Quiero decir, el lugar en que nos estamos colocando voluntariamente delegando el sentido de agencia, uno de los aspectos primordiales que nos constituye y que le da significado a nuestra vida como humanos.

Ordenando el tablero
Cuando hablo del sentido de agencia me refiero a la capacidad de tomar decisiones por nosotros mismos y tener un papel en la dirección de la propia vida. 

 La inteligencia artificial existe hace muchos años en forma “subterránea” facilitándonos algunas tareas (GPS, texto predictivo, etc). El inicio del cambio en la percepción de este concepto, de algo que te ayuda a algo que puede dejarte sin tu sentido de agencia, viene con la aparición de Chat GPT. Bill Gates en sus escritos predice que en 5 años el panorama cambiará por completo: 

No tendrás que usar diferentes aplicaciones para diferentes tareas. Simplemente le dirás a tu dispositivo, en el lenguaje cotidiano, lo que quieres hacer. Y dependiendo de la cantidad de información que elijas compartir con él, el software podrá responder personalmente porque tendrá una rica comprensión de tu vida. En un futuro cercano, cualquiera que esté en línea podrá tener un asistente personal impulsado por inteligencia artificial que va mucho más allá de la t ecnología actual.
Este tipo de software (algo que responde al lenguaje natural y puede realizar muchas tareas diferentes según su conocimiento del usuario) se llama agente. He estado pensando en los agentes durante casi 30 años y escribí sobre ellos en mi libro de 1995 The Road Ahead, pero sólo recientemente se han vuelto prácticos debido a los avances en la lA. Los agentes no sólo van a cambiar la forma en que todos interactúan con las computadoras. También van a revolucionar la industria del software, provocando la mayor revolución en la informática desde que pasamos de escribir comandos a tocar iconos.

Algunos críticos han señalado que las empresas de software han ofrecido este tipo de cosas antes y los usuarios no las aceptaron exactamente. ¿Por qué la gente usará agentes? La respuesta es que serán dramáticamente mejores. Podrás tener conversaciones matizadas con ellos. Serán mucho más personalizados y no se limitarán a tareas relativamente sencillas como escribir una carta. Un agente podrá ayudarle con todas sus actividades si así lo desea. Con permiso para seguir sus interacciones en línea y ubicaciones del mundo real, desarrollará una poderosa comprensión de las personas, los lugares y las actividades que realiza. Obtendrá sus relaciones personales y laborales, pasatiempos, preferencias y horarios. Tú elegirás cómo y cuándo intervendrá para ayudarte con algo o pedirte que tomes una decisión.

Lo que Bill Gates explica es la diferencia entre un robot (software que interviene solo cuando vos lo ejecutas, pero no te conoce ni aprende o mejora) y un agente, que es inteligente, proactivo y capaz de hacer sugerencias antes que el humano las pida porque reconocen actividades con patrones de comportamiento que mejoran con cada interacción. Dice Gates sobre esto “Imagina que quieres planificar un viaje. Un robot de viajes identificará hoteles que se ajusten a su presupuesto. Un agente sabrá en qué época del año viajarás y, en base a su conocimiento sobre si siempre pruebas un nuevo destino o te gusta volver al mismo lugar repetidamente, podrá sugerirte ubicaciones. Cuando se le solicite, le recomendará cosas que hacer según sus intereses y propensión a la aventura, y hará reservaciones en los tipos de restaurantes que le gustarían. Si desea este tipo de planificación profundamente personalizada hoy, debe pagarle a un agente de viajes y dedicar tiempo a decirle lo que desea. El impacto más interesante de los agentes de lA es la forma en que democratizarán servicios que hoy son demasiado caros para la mayoría de las personas. Tendrán una influencia especialmente grande en cuatro áreas: atención médica, educación, productividad y entretenimiento y compras”.

Hace 8 años, cuando se hablaba de AI y automatización, el temor giraba alrededor de la clase trabajadora no calificada, pensábamos que quedarían sin empleo cientos de miles de personas en esa franja. ¡Gran error de diagnóstico! Con la aparición de los agentes si queremos generar una nueva aplicación o servicio no necesitamos saber de programación o diseño gráfico, le decimos al agente lo que queremos y éste podrá escribir el código, diseñar la apariencia gráfica, crear un logo y publicar la aplicación en una tienda en línea. Este es el último avance del mes pasado de Chat GPT. La AI va a desintermediar todas las profesiones que pueda, no solo las menos calificadas o repetitivas. Abogados, diseñadores, escritores, periodistas, escribanos, músicos, filmakers, brokers, fotógrafos y hasta modelos son los próximos targets.

Tres Problemas
Tenemos tres temas que trae la AI: 1) facilitación de tareas en forma masiva, 2) pérdida de empleos o cambio del tipo de trabajo por la desintermedicación y 3) nuestro rol como humanos en la gran transformación que se avecina. De esto último es de lo que me quiero ocupar.

La AI es un medio no un fin, no debemos olvidar que es una herramienta que depende de nosotros en su alcance y consecuencias. No me refiero solo a la responsabilidad de las grandes compañías tech sino a lo más cotidiano, nuestro día a día.  Los humanos somos el cúmulo de todas nuestras experiencias, buenas, malas, grandes, pequeñas, trascendentes e intrascendentes. De todas siempre tomamos algo que nos integra y nos constituye. Si delegamos totalmente una parte de ellas ¿cómo se completa el abanico de vivencias que forjan nuestra identidad y carácter? ¿quién dijo que delegar nuestra capacidad de agencia es bueno? ¿por qué?. La aparición de la AI nos pone más que nunca de cara a un tema fundamental que es saber realmente quiénes somos, qué queremos, por qué y cómo lo vamos a conseguir (ya lo decían los antiguos: conócete a ti mismo). La AI es fantástica como herramienta, si somos nosotros quiénes la manejamos. Si ella nos maneja terminaremos delegando lo más importante que nos constituye como humanos: el sentido de nuestras experiencias y nuestra vida.

Seguramente sea de mayor utilidad que la AI compare precios de hoteles -algo hard- pero no lo veo así respecto a los temas soft: elegir destinos, preferencias, preguntarse qué me gustaría en realidad?, por qué? y la búsqueda en sí que puede hacernos descubrir cosas nuevas impensadas en el camino. Los procesos de muchas acciones que realizamos los humanos son más importantes que el resultado final porque nos enriquecen y nos forjan en distintos sentidos. Si delegamos la tarea de escribir a la AI (exámenes, informes, notas) estamos perdiendo la capacidad de analizar, relacionar, investigar y principalmente de pensar. Si dejamos de estudiar idiomas para comunicarnos con otros porque existe un traductor en línea que lo hace en tiempo real estamos confundiendo traducir con entender la forma de comunicarse y  pensar de otra cultura, sus modos, su idiosincracia y hasta la proxemia en las formas gestuales (que puede tomarse como falta de respeto depende de la cultura).  Ninguna AI que pudiera insertarnos conocimientos en el cerebro automáticamente reemplazaría la experiencia humana ampliamente enriquecedora de aprender con otros e intercambiar opiniones y experiencias. 

La AI nos quiere hacer creer que lo importante es el fin y es todo lo contrario: lo más rico es cómo llegamos a las conclusiones, cómo encadenamos pensamientos, como descubrimos las soluciones por nosotros mismos, esa es la base de la cognición humana y lo que nos diferencia a unos de otros y nos hace únicos. Si delegamos nuestra capacidad de agencia completamente estamos en riesgo de perder habilidades básicas humanas: pensar, sentir, comunicar, aprender, emocionar. Todo esto me recuerda a lo que escribió David Foster Wallace en el libro Esto es Agua:  “Están dos peces nadando uno junto al otro cuando se topan con un pez más viejo nadando en sentido contrario, quien los saluda y dice, “Buen día muchachos ¿Cómo está el agua?” Los dos peces siguen nadando hasta que después de un tiempo uno voltea hacia el otro y pregunta “¿Qué demonios es el agua?”


¿Estamos pasando por alto lo más importante en la discusión de AI porque ya no lo vemos?