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Breves Verdades II

1- “Si intentas persuadir a alguien de hacer algo, o comprar algo, deberías utilizar su lenguaje, el lenguaje en el que piensa” (David Ogilvy)

2- El negocio de las marcas no es vender productos sino crear una mitología corporativa lo suficientemente poderosa capaz de dar significado a productos comunes solamente poniéndoles el logo. Los primeros en entenderlo en moda fueron Nike, Calvin Klein y Benetton en los ´80. En beauty: The Body Shop y L´Oréal. En tecnología: Apple. Ellos dejaron de lado la relación meramente transaccional con sus clientes (promocionar productos) y comenzaron a compartir valores y significados (un universo al cual pertenecer). Así crearon religiones, a las que las personas deseaban sumarse y lograron construir negocios mundiales. Cuántos más significados compartidos se promocionan, más productos se venden. Esa es LA fórmula que descubrieron y que las empresas deben capitalizar.


 3- Incluso llegar a la audiencia correcta no es suficiente, existe una necesidad de lograr valor y conexión real, duradera, pertinente, específica a las necesidades, demografía pero también estilo de vida de las personas. Esta es la búsqueda de “audiencias sofisticadas” versus “audiencias superficiales”.(Patrick McGinnis, Inversor, escritor, creador del icónico término “Fomo”)  

4- Medir no es un acto caprichoso de tomar datos de cualquier cosa, sino una combinación entre lo realmente medible y lo que importa que sea medido y analizado.

5- No llueve hasta que empieza a llover, y entonces es como si siempre hubiera llovido, como si fuera a llover siempre. Algunos eventos también son así, inmersivos. Mientras suceden, da la sensación que no pasa otra cosa y que durarán para siempre, como si no hubiera existido un tiempo anterior a ellos.(Guadalupe Nogués, Dra en Ciencias Biológicas hablando de los problemas complejos)

6- La identidad de las personas no está definida previamente como en otras épocas, hoy se convierte en un trabajo propio y continuo. Por esto, las marcas ya no pueden predefinir al consumidor como en el pasado encajándolos en categorías rígidas, sino que deben transformarse en toolkits (caja de herramientas), es decir en medios, donde a través de sus productos, servicios y experiencias ayuden a las personas en ese proceso. Es el ocaso de las marcas como fines, esas que te dicen quién debés ser, cuál es el tipo de belleza de la época, qué productos usar y de qué forma. Parece obvio así expresado, pero en la práctica tantísimas marcas siguen (in)comunicándose de esa forma con sus clientes sin darse cuenta, perdiendo relevancia lentamente y dejando amplio espacio a la competencia.

7- En un mundo impregnado de tecnología y automatización, donde la aceleración tecnológica es exponencial, el yo se convirtió en un territorio de innovación y exploración. Somos plurales, múltiples, fragmentados y como consecuencia de ello estamos cambiando nuestros hábitos de consumo (microsegmentación de la demanda que muchas veces no encuentra una oferta por falta de comprensión del mercado).

8- Para los empresarios industriales la selva tropical es un montón de madera que tiene valor inmediato, mientras que para los ecologistas es el pulmón del planeta, crucial para la supervivencia a largo plazo. Misma información pero marcos diferentes y  conclusiones opuestas. Con esto quiero decir que la información recabada es solo una parte del proceso de toma de decisiones. En muchos aspectos es mucho más importante la manera en que se evalúa una situación, es decir, como se enmarca. Los marcos son mucho más que la perspectiva individual de una persona: son plantillas cognitivas. Por eso la calidad de la información con la que contemos para leer el contexto y las situaciones se vuelve vital en estos tiempos. 

9- Las redes sociales están diseñadas básicamente para confundir. Los likes no son indicadores de ventas, las empresas venden productos no “me gusta”. Los likes tampoco son señales de afecto: cuando estás mal, lo contás en un post y te dan un like no te están dando su apoyo y escucha. Los likes en este caso funcionan como una especie de scoring para calificar si tu problema es realmente importante o no, nada más. 


 10- Se supone que: “Si no puedes medirlo, no puedes gestionarlo”. Esto es una auténtica tontería. Si lo cree, salga de la gestión antes de hacer más daño. O si no, siga leyendo.
¿Has visto alguna vez una medida aceptable de cultura? ¿Eso significa que no podemos gestionar la cultura y, por lo tanto, será mejor deshacernos de ella en nuestras organizaciones? Medir el mercado de un producto novedoso es notoriamente difícil. ¿Debemos deshacernos de productos novedosos?
Medir como sustituto de la gestión ha causado un daño enorme: socavando el alma de muchas de nuestras instituciones. Pensemos en cuánta educación se ha perdido al suponer que podemos medir lo que aprende un niño en el aula.Medir como complemento a la gestión es una buena idea: mide lo que puedas; toma en serio lo que no puedes; y gestionar ambos cuidadosamente. En otras palabras: si no puedes medirlo, tendrás que gestionarlo. Si puedes medirlo, tendrás que gestionarlo especialmente. (Henry Mintzberg)