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Cambios Sociales y Consumidores

Me fascina ver cómo en otras épocas imaginaban el futuro. Es interesante hacer este ejercicio para comprender la cosmovisión en cada momento de la historia y, sobre todo, para darse cuenta de un punto esencial: los cambios sociales son los más difíciles de prever cuando miramos hacia adelante.

Muchos de los avances tecnológicos que hoy vemos ya habían sido imaginados, pero en ningún caso los cambios sociales pudieron verse desde el pasado con la misma claridad (salvo casos excepcionales como el de Alvin Toffler) y así relacionar uno con el otro y cómo impactarían realmente en la vida de las personas y en el cambio cultural.

En 1899 Jean-Marc Côté y otros ilustradores armaron un conjunto de postales ilustradas con predicciones acerca del año 2000:

En esta suerte de futurología, la tecnología siempre se piensa “aislada” del comportamiento humano, por eso resulta tan dificultoso dimensionar su verdadero impacto en la sociedad. Desde hace varias décadas vemos películas donde las tecnologías muestran grandes avances en todos los campos: autos que vuelan, naves espaciales llegando a lugares insólitos, personas que se trasladan en el tiempo, un zapato como el nuevo teléfono móvil para un agente de investigación hasta un auto que habla con el conductor.

Pero ninguno de ellos pudo hacer referencia a las transformaciones sociales que cambiarían realmente la cultura como consecuencia del avance tecnológico: 
-la nueva relación de poder de las personas frente a las empresa (tanto en su rol de consumidores como en el de colaboradores) 
-la salida del binarismo hombre-mujer y el pasaje a la diversidad de género con 50 tipos.
-la aparición de epidemias de adicción, depresión, anhedonia y ansiedad que trajo la tecnología.
-la evolución y protagonismo del rol de la mujer y las minorías expresadas, por ejemplo, en los programas de DEI&B en las empresas (cuyo crecimiento está atado en las principales empresas del mundo a el bono del CEO).
-el trabajo híbrido y las personas decidiendo cómo manejar su vida laboral y personal (self management)  
-la descentralización de los grandes medios de comunicación y cada persona actuando como informante en redes sociales.

-la aparición de la post verdad, fakes news y deep fakes que cambian la forma en que miramos, nos informamos y creemos en lo que vemos.

De la misma forma que quienes pensaron aisladamente los avances tecnológicos no pudieron ver con claridad cómo cambiaría la cultura producto del cambio social que estas tecnologías generaban, hoy es imposible entender el negocio de cualquier empresa sin comprender holísticamente al consumidor y los cambios sociales que se avecinan. Cada día lo compruebo de forma más fehaciente cuando hacemos investigaciones de mercado para detectar hábitos de comportamiento del consumidor. Allí descubrimos el pulso social respecto a los temas relevantes, las motivaciones intrínsecas y extrínsecas que llevan a las personas tanto a elegir determinadas marcas como para sentir distancia y hasta rechazo por otras. Son mundos que las personas tienen construidos en su cabeza producto de muchas imágenes, estímulos y sentimientos que están relacionados directamente con lo que la marca hace y, sobre todo, con lo que no y cuya respuesta queda en el imaginario del cliente.

La mayoría de las empresas ocupan gran parte de su tiempo en preocuparse por entender qué hace la competencia en lugar de comprender profundamente que está pensando su consumidor acerca de los temas que le importan directa e indirectamente.

La nieve se derrite en los bordes, estar allí cuando eso suceda es mejor que estar en la cima con vista al horizonte. Actuar ahora es siempre mejor que después.