Resumen. Un movimiento empieza a aparecer de manera lenta pero muy marcada en los negocios. Las empresas hacen esfuerzos intelectuales y económicos cada vez mayores para llegar a los consumidores de manera emocional y destacarse de la competencia, mientras que las personas están en la ruta inversa: cada vez más tratan a las empresas como intercambios transaccionales, productivizando sus ofertas, es decir, llevándolas casi al último escalón del desplazamiento económico del valor, los productos. Sabemos que los productos son todos prácticamente iguales para los consumidores y se valorizan menos que los servicios y las experiencias afectando la rentabilidad de las empresas. En este caso, tomo el ejemplo de los servicios de streaming que están comenzando a sufrir esta productivización y los comparo con moda & beauty ya que este movimiento es algo que va más allá de un rubro en particular. Se trata de cómo los consumidores reconfiguran permanentemente el mercado por el poder que tienen frente a las empresas. El zeitgeist actual implica moverse y adaptarse continuamente para retener a un cliente cada vez más exigente y voluble. Pocas empresas lo logran.